El contratista federal CDM Smith paga 5,6 millones de dólares para resolver las reclamaciones de denunciantes en virtud de la Ley de Reclamaciones Falsas derivadas de una trama de sobrefacturación a la Armada.

La empresa supuestamente proporcionó al Gobierno datos de costes inexactos durante las negociaciones del contrato, y no reveló que las estimaciones se habían reducido gracias a la automatización de tareas manuales.

Los fiscales federales han anunciado que CDM Smith, una empresa de ingeniería y construcción medioambiental con sede en Fairfax (Virginia), ha acordado pagar 5,6 millones de dólares para resolver las reclamaciones de que infringió la Ley de Reclamaciones Falsas al cobrar en exceso a la Marina de los EE.UU. en relación con dos contratos de sistemas de aguas residuales. El empleado de la empresa que denunció la conducta indebida presentando una demanda qui tam en virtud de la Ley de Reclamaciones Falsas recibirá una importante recompensa.

Costes y mano de obra inexactos

La lucha contra el fraude de los contratistas de la Administración ha sido durante mucho tiempo una función central de la Ley de Reclamaciones Falsas. Algunas de las mayores denuncias de la historia se han referido a este tipo de infractores. Los casos de contratación y adquisición federales en virtud de la Ley de Reclamaciones Falsas suelen implicar dos tipos básicos de fraude: o bien costes exagerados, o bien productos de calidad inferior que se hacen pasar por conformes.

El asunto de CDM Smith se refería al primer tipo de fraude: la sobreestimación de costes. El denunciante alegó que la empresa no facilitó datos exactos sobre costes y precios durante las negociaciones con el gobierno, lo que dio lugar a millones de dólares en cargos excesivos y pagos en exceso. En concreto, la empresa se basó en estimaciones iniciales de horas de trabajo y costes, sin revelar que, de hecho, había desarrollado un software automatizado conocido como "scripts" para realizar determinadas tareas que, de otro modo, requerirían mucho tiempo. Los scripts reducían drásticamente el número de horas necesarias para realizar el trabajo en cuestión. Además, se necesitaba menos personal cualificado para ejecutar los scripts automatizados, lo que reducía aún más los costes.

El uso de los guiones permitió a la empresa realizar importantes "sobrecostes" no revelados, lo que le reportó unos beneficios del 44% del contrato en su conjunto y de hasta el 92% en determinados encargos, sin que el gobierno lo supiera. Esto superó con creces el beneficio del 10% al que CDM Smith tenía derecho en virtud del contrato. Además, la empresa supuestamente ocultó y disimuló los sobrecostes manipulando intencionadamente sus registros. El denunciante alegó que, de este modo, la empresa engañó a sabiendas a los funcionarios federales encargados de la contratación. Además, cada factura presentada por la empresa constituía una reclamación falsa porque sabía que los importes eran sustancialmente más elevados de lo que habrían sido si hubiera revelado datos exactos. Además, la empresa supuestamente sabía que los costes reducidos eran importantes en el sentido de que habrían influido en las decisiones de pago del gobierno.

Además, según la denuncia, la conducta infringió los términos aplicables del Reglamento Federal de Adquisiciones (FAR), el Suplemento de Adquisiciones de Instalaciones Navales (NFAS), el Suplemento del Reglamento Federal de Adquisiciones de Defensa (DFARS), el Suplemento de Adquisiciones de Instalaciones Navales (NFAS) y la Ley de Veracidad en las Negociaciones (TINA).

Tras una investigación, el gobierno intervino y resolvió el caso en agosto de 2020.

La exposición del régimen por un miembro de la empresa

En particular, el denunciante era el propio director de contratos de CDM, un empleado de la empresa armado con documentos internos que probaban sus afirmaciones. Citó pruebas contundentes en forma de registros comerciales y correos electrónicos entre ejecutivos de CDM, incluidos, por ejemplo, correos electrónicos en los que se reconocían los "ahorros significativos" resultantes del uso de los guiones, mientras que la empresa facturaba al gobierno basándose en los "costes piloto" originales.

Con frecuencia, las personas con información privilegiada de las empresas y de la industria están en una posición única para revelar fraudes y reclamaciones falsas. Las disposiciones qui tam de la Ley de Reclamaciones Falsas constituyen un incentivo importante para que lo hagan. Consulte con un abogado experto en denuncias si tiene información sobre fraude en la contratación pública o en la defensa, ya que la legislación en este ámbito es compleja.

Estatuto antifraude de la época de la Guerra Civil

Originalmente promulgada durante la Guerra Civil para combatir el fraude por parte de los proveedores del Ejército de la Unión, la Ley de Reclamaciones Falsas impone una responsabilidad sustancial a las partes que, a sabiendas, cobran de más o pagan de menos a las agencias federales. La disposición de la Ley de Reclamaciones Falsas relativa a los denunciantes qui tam permite a las personas que tengan conocimiento de infracciones iniciar acciones judiciales en nombre del gobierno. Los denunciantes generalmente reciben indemnizaciones del 15-30% de cualquier recuperación. Para el año fiscal 2019, el gobierno informó que los acuerdos y sentencias en demandas de la Ley de Reclamaciones Falsas superaron los $ 3 mil millones. Más de 2,1 mil millones de dólares de esa cantidad provinieron de demandas de denunciantes presentadas en virtud de las disposiciones qui tam de la Ley de Reclamaciones Falsas.

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Un retrato del abogado Mark A. Strauss

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Abogado Mark A. Strauss

Mark es un aguerrido y tenaz abogado antifraude con más de veinte años de experiencia en litigios civiles complejos. Ha representado a denunciantes qui tam en virtud de la Ley de Reclamaciones Falsas, así como a víctimas de fraude en virtud de las leyes federales de valores y la Ley de Organizaciones Corruptas e Influenciadas por Chantajes (RICO). Sus esfuerzos se han traducido en la recuperación de cientos de millones de dólares para sus clientes.

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